lunes, 16 de mayo de 2011

QUIJADA

JESUS QUIJADA


Si los personajes populares que marcaron una época no se rememoran, es como si hubieran pasado por este mundo sin pena ni gloria, cuando éstos,   la mayoría pobres, optimistas , buenas personas y desvalidos,  deambularon por nuestras calles de los años difíciles  haciendo felices a los demás,  dándoles ánimo con sus ocurrencias, manualidades e incluso obras de arte como es el caso de la persona a la  que dedico estas letras.
Navegando por esa “superautopista de la información”, que es  Internet,  el azar quiso que me encontrara con una fotografía y un articulo que Antonio Moreno de Osuna  dedicara  a  uno de esos personajes que hicieron  historia  en  la ciudad Ducal: JESÚS QUIJADA aquel hombrecillo que en la época de la posguerra con sus lienzos bajo sus axilas se recorriera todas las calles de Estepa  enseñando   por  todas  sus casas sus obras pictóricas  con motivos estepeños,  lo que viene a decirnos que si los estudiosos de nuestro memorial y los amantes de las bellas artes indagan un poco encontraran las obras de Quijada  en nuestro pueblo.
Jesús Quijada puede ser considerado junto a otros de su época como un personaje muy querido y popular en Estepa,   tenía sobre unos cuarenta años en los tiempos en que le conocí y era natural de Osuna,   de familia honorable, decía que era de la nobleza ursaonense, compartiendo el  mismo árbol genealógico que don Quijote, patronímico de Quijano o Quijada,  y la verdad es que era una persona  que daba gusto hablar con ella,  nuestro amigo estaba afectado de una desviación de la columna vertebral que probablemente le influyó en su crecimiento juvenil ,   era una persona muy extrovertida y conversadora, al mismo tiempo que  muy comedida y respetuosa con los demás,   se paraba durante sus entregas con todo el mundo y les hablaba de historia o de arte, era menudo, de estura pequeña, de piel blanca, ojos oscuros  y siempre ataviado con su boina negra,  era hombre de ocurrencias espontáneas que muchas veces rozaban con lo cómico, se cuenta que día un tabernero de Estepa le encargó un San Francisco de Asís y previo presupuesto que aceptó el del bar, puso mano a la obra  hasta que llegó el día de la entrega, dándose la circunstancia que a  Quijada  se le olvidó pintar al Seráfico Hermano,  el cordón de la Orden Franciscana y al  verlo el comprador lo puso en falta, reaccionando el artista diciendo ¡ es que el cordón no entraba en el presupuesto!  . 
Era un artista  que pese a su  disminución física dominaba las artes plásticas y como enamorado de la belleza no pasaba  jovencita por su lado con la que no dialogara respetuosamente, dejando en nuestro pueblo  un buen  número de obras,  Nuestro Padre Jesús, El Santo Cristo, San Pedro Apóstol,  El Dulce Nombre, San Antonio, Santa Ana, Nuestra Señora de los Dolores y de la Esperanza,   La Torre de la Victoria o el Convento de San Francisco siendo   rara la casa o la taberna donde no hubiera colgado un  cuadro suyo,  una veces por compra y otras porqué les había tocado en la rifa que organizaba nuestro hombre.
Jesús compartió habitación con Pablo el Mudo y Miguelillo Urías,  de cuya sobrina estaba locamente enamorado, aunque como decía, era un amor platónico,  dos personajes que junto a Macaquete, el dueño de las llaves carcelarias compartieron la fama de personajes populares en aquellos años difíciles del movimiento y que por sus ocurrencias se ganaran el aprecio de los estepenses,  sólo que éste dormía y comía en la Cárcel a la órdenes de Diente de Oro, el Cabo de los Municipales de los galones rojos,   que tantos disgustos diera a las mujeres de las colas del agua  y los otros lo hicieran en el Hospital bajo la regencia de la Hermana Cecilia,  hasta que un buen día nuestro personaje que se ganaba la vida con sus lienzos   se marchara a vivir a la Posada de Páez, mesón  donde montó su taller de pintura, coincidiendo en aquel recinto con Solapa, el cuarto personaje que faltaba en esta pequeña historia, pero usted amigo a miga lectora que lee estas líneas, seguro que se preguntará quien era , cuando  es muy seguro que enseñara a leer y a escribir a su padre, a su madre o probablemente a sus abuelos.
Solapa era el hermano menor de don Rafael “el Porroncho”, Juez de Paz y  hermano de Sobrevilla, miembros de una ilustre familia  estepeña venida a menos hasta el punto de arruinarse, era un Maestro Migas que con una enorme cartera de piel transportaba su industria de magíster de casa en casa en aquellos veranos en que las escuela nacionales estaban cerradas,  enseñando aritmética y gramática a domicilio, mientras Quijada compartía el parador  pintando sus lienzos que secaba en el despacho Central de los Ferrocarriles  y después guardaba  en un gran baúl que tenía en su  almacén, gracias a que mi padre  el Jefe de esta dependencia de la RENFE, le ofreció aquel espacio, gesto que Quijada quiso agradecerle haciéndole un retrato a lápiz, para cuyo fin posaba muchas tardes ante el artista, obra que no llegó a entregarle por cuanto un buen día nuestro pintor decidió volver a sus orígenes llevándose el arcón y sus pertenencias y dedicar su arte a su amada Osuna, quedando aquí gran parte de ella  adornando comedores, dormitorios y antesalas de muchas casas labriegas estepeñas.   
 

domingo, 15 de mayo de 2011

Juan Caballero (a) "El Lero"


JUANCABALLERO


En agosto cumpliría 207 años el que fuera Comandante del Escuadrón Franco de Protección y Seguridad Pública de Andalucía, tras su indulto por mandato regio y ser uno de los  bandoleros mas notable del siglo XIX, pese a  no disfrutar de la “buena prensa”, que los autores de la época del Romanticismo otorgaran a otros bandoleros. Fue un  hombre ejemplar, honrado y cumplidor de las obligaciones cívicas, pero las injusticias, le llevaron a formar parte del bandolerismo andaluz. Juan Caballero Pérez, nace  en Estepa un 29 de agosto de 1804, época difícil, no obstante, como dice él mismo, en sus memorias, ”lo mandaron a la escuela, aprendiendo a leer, a escribir y bastante de cuentas, que era mucho en aquellos tiempos”. Crece a la tutela de su hermano el mayor, bajo la incertidumbre que representa  la invasión francesa, muy patente en esta Comarca bajo el mando francés de los Comandantes Naghten y Bourbon Bussec, periodo que abarca el sexenio que media entre el 2 de mayo de 1.808 y el 4 de mayo de 1.814, la victoria española de Bailen y la aparición de la guerra de guerrillas, invención española para hostigar constante a los invasores y que  en la Comarca de Estepa distinguió a la “Partida de los Guerras”. Era la Guerra de la Independencia y la soterrada revolución liberal, sucediéndose  los cambios protagonizados por la Junta Central, las Regencias y sobre todo por la Cortes en cuyo parlamento viera la luz la Constitución de 19 de marzo de 1.812 . Son tiempos de  inestabilidad  política y social en todos los sentidos, hallándose el país materialmente destrozado y la sociedad dividida .El Manifiesto de los Persas y el regreso de Fernando VII en mayo de 1.814 recondujeron al más férreo absolutismo con la disolución de las Cortes y la abolición de la Constitución de 1.812. Lo que trajo la persecución a los liberales sin contemplación de ningún tipo, cayendo muchos que se habían distinguido en su lucha contra las huestes de Napoleón y sobre todo, se les pidió cuentas a los afrancesados, olvidando que el primer afrancesado fue el propio Rey Fernando VII. Se suceden las sublevaciones que fueron ahogadas en sangre y el nacimiento de sociedades secretas que anhelaban el restablecimiento de régimen constitucional, el ahorcamiento de Porlier, la Conjuración del Triángulo, el Pronunciamiento de Cabezas de San Juan, el Trienio Liberal, periodo complicadísimo en el que aparecen por todas partes sociedades patrióticas y por otro lado La Santa Alianza y el problema sucesorio con la publicación de la Pragmática de Sanción, derogatoria del Auto acordado por Felipe V, asegurando la sucesión de Isabel II con la abolición de la Ley Sálica. Es un periodo  en el que  Juan Caballero crece de niño a hombre, que en nada se asemeja al nuestro, donde lo que impera es  la pobreza, no hay defensa  para los más  débiles, el caciquismo es abusivo, los funcionarios corrompidos, las detenciones y penas de muerte se suceden sin causa en los ámbitos militares y civiles, el analfabetismo es masivo, hambre, epidemias y enfermedades incurables son  circunstancia que con la mentalidad de hoy y el bienestar social del que disfrutamos, nos impide  llegar a entender  la mentalidad tan diferente a la nuestra de los hombres y mujeres de aquellos años,  por lo que no me atrevería a hacer ningún tipo de juicio sobre el porqué del bandolerismo, aunque creo sinceramente que pudo ser  consecuencia de tanta injusticia social,  la que condujo a algunos sectores de la población a formar partidas que hicieron frente a la situación, si bien también es verdad que en ocasiones se refugiaban en las mismas individuos no recomendables , no siendo éste el caso que nos ocupa y que muy bien pudo influir para que nuestro hombre aceptara, tiempos después del indulto y como consecuencia del fallecimiento de José María el Tempanillo, que ostentaba la jefatura,  el mando de Comandante del  Escuadrón que al principio menciono,  por lo que debemos ser muy coherentes  a la hora de escribir o de contar según que historias...porque basta leer sus memorias  y las que el Padre Pío de Mendata, Superior de la Comunidad Franciscana de Estepa transmitiera al Padre Feliciano Calvo Bartolomé y que éste publica en 1.909 en su libro “Novena de Ntra. Sra. De la Fuensanta y Guía”  para saber que  Juan Caballero  debe figurar   en   la Historia Social de Andalucía .


ASTAPA MEXICANA