SICILIA, ESA DESCONOCIDA.
Rafael Romero Jiménez
Cuando
regresábamos de Sicilia, una de las
pocas cunas, que aún quedan en el mundo de la civilización de
occidente, era unánime nuestro sentir,: había sido una vivencia, no para
contarla, era para vivirla, terminábamos de realizar un viaje a través de la
arqueología, el arte y la cultura de la isla más hermosa del Mediterráneo.
El primer día, admiramos “la magia gigante”, del “MONGIBELLO”, nombre de etimología latina
y árabe que significa “Monte de los Montes”, naciendo del griego “Aitné”,
colosal montaña aislada, situada a orillas del Mar Jónico entre Catania y
Messina, lugar de mitos, fábulas y supersticiones de otros tiempos cuando la mitología imperaba y se decía
que este
Monte Etna, había sido habitado por gigantes y monstruos como Efesto,
los ciclopes, Polifemo, Tifero, Encelado, pudiéndose decir, que toda esta metafísica alimentó la
extraordinaria poesía de Homero, Esiodo, Pindaro, Platón, Virgilio, Horacio,
Lucrecio, Séneca, Apuleio y que después
de Empédocles, la superstición se mantuvo viva
hasta el iluminado siglo XVII, cuando el Jesuita Giovanni Andrea Massa,
en su libro “Sicilia in prospettiva”, examinó “si era verdad que el Monte Etna
y otras montañas vomitaban fuego y eran
los respiraderos o chimeneas por donde salían las llamas del infierno”. Lo
cierto es, que nuestra subida al volcán activo
con sus 3.343 metros de altitud es una
de las cosas más majestuosas que podremos contar, por su
grandioso significado naturalista y excepcional valor paisajista y ambiental,
donde respiramos aquellas brisas indescriptibles.
Después en los días sucesivos continuamos nuestra
gira por Catania, Capital que se extiende en el Golfo de su nombre a lo largo
de la costa sículo jónica, en un sugestivo escenario paisajista donde el Etna
contrasta fuertemente con el azul del cielo y el verde de los campos de
naranjos, paseando por la plaza del Duomo, visitando la Universidad, la
Catedral y contemplando los amplios
testimonios del barroco del Siglo XVIII, para proseguir nuestro viaje a
Siracusa, “la bella dórica”, donde vivimos irrepetibles experiencias, siendo
recibidos en Villa Reimani, en nombre de
su Síndaco, por el Director del
Museo Arqueológico Regional “Paolo Orsi” Doctor Dario Scarfi’, personalidad que
nos mostró las maravillas helenísticas y romanas que guarda tan impresionante
museo arqueológico, para seguidamente acompañarnos , y en calidad de invitados
recorrer esta Ciudad de origen griego que data del 734 antes de Cristo,
comenzando por la Isla de Ortigia, para seguir hasta la Catedral situada en un
marco barroco único, iglesia construida
sobre el Templo de Minerva donde se exponen las reliquias de Santa Lucía, la
Virgen y Mártir de Siracusa;
Cantera-Cárcel del Paraíso, en cuyo interior está la llamada Oreja de
Dionisio, Teatro Griego, Templo de Apolo y el monumental y moderno Santuario de
la Virgen de las Lagrimas, lugar de peregrinación. También fuimos recibidos en
el Palacio de la Provincia por el Vicepresidente de la Provincia Regional
de Siracusa Doctor Nello Lentini, que se interesó de manera especial por el Aula de la
Experiencia de la Universidad de Sevilla
y la Ciudad de Sevilla.
Mereció la pena ir a Noto, “Perla del Barroco” y
Patrimonio de la Humanidad, ciudad que nos fue mostrada por la Asesora Cultural
de la Provincia Doctora Bárbara Fronteré
por encargo del Presidente de la
Región Montana, nuestro amigo y admirador de Estepa el Doctor Vincenso Bastante y nuestros amigos
los Doctores Laura Arcieri y Vincenso
Cavarra que nos acompañaron a Marzamemi, un antiguo burgo de pescadores
medieval, donde en la “Taverna La Cialoma” tuvimos la oportunidad de degustar
la magnifica cocina marinera siciliana,
población en la que su Síndaco, nos recibió
en una feria de productos alimentarios, donde así mismo nos ofrecieron
su degustación.
Sería
muy largo de seguir describiendo nuestras visitas y sus muchas maravillas
contempladas, por lo que amigo lector o lectora, continuaremos el viaje a grandes rasgos para situarnos en Piazza Armerina, localidad situada en una de
las laderas del Monte Ereos, en un escenario de importantes valores ambientales
y junto a una de las villas romanas más bellas conocida, “La Villa Romana de
Casale”, así como su catedral que la caracteriza como la primera aproximación visual de la
ciudad; templo catedralicio que con su campanario gótico-catalán y su interior barroco con espléndidas pinturas bizantinas deleitan
al visitante. La Villa romana de Casale es, sin duda alguna, el elemento de
mayor importancia del territorio y mejor testimonio de moradas romanas edificadas en los siglos III y IV antes de
Jesucristo, nos muestran los mosaicos , que embellecen los pavimentos y paredes
de este vasto y extraordinario complejo.
Seguimos hasta Agrigento, ciudad que surge sobre los
declives de una meseta. Colonia griega desde el siglo VI antes de Cristo, uno
de los yacimientos arqueológicos más importantes conocido, el llamado “ Valle
de los Templos”, del que Anatole France dice: “Esta tierra es una tierra de
gloria. Su belleza es tan grande y majestuosa que ni siquiera siglos de dominio
bárbaro consiguieron destruirla”, realmente “es una de las maravillas de
Sicilia y del mundo”, allí está EL VALLE DE LOS TEMPLOS, importantísimo
testimonio arquitectónico de la antigüedad esparcido en éste valle “único por
su amplitud”, riquezas paisajistas, ambientales y monumentales que dan una
cálida imagen mediterránea a esta Zona helenístico- romana, la huella de una
antigua civilización urbana que se
asentó aquí a partir del siglo IV-III
antes de Jesucristo,...Casa de Afrodita, Casa del Peristilo, Templo de Júpiter
Olimpo, Templo de Castor y Pólux, Templo de Hércules, Templo de la Concordia,
Templo de Juno Lacinia, etc. etc..
Proseguimos a Selinonte y Erice,
pueblo de gran interés turístico..., Segesta ciudad fundada por los
elimos; Cefalú, encantador y bonito
pueblo que se asoma a la costa tirrénica sobre un promontorio dominado por una
cadena montañosa a cuyo pié vemos las viejas casas a orilla del mar, ciudad en
la tuvimos la ocasión de participar en las Fiestas de la Transfiguración e izamiento del estandarte del Salvador en el
mirador de la bellísima catedral, armonizado con el repique de campanas y las
notas musicales de las bandas que frente a la Iglesia tocaban partituras
religiosas que en nada difieren de las
nuestras. Para acabar, sólo decir que Palermo al que hay que calificar como “excepcional”, con su
Catedral, la Capilla Palatina, Monreal y todo su conjunto histórico es el arte
en todos sus estilos y prueba de las diferentes civilizaciones que vivieron
aquí, haciendo que con los territorios de las otras provincias
podamos decir, “que mereció la pena visitar Sicilia.
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