SICILIA, ESA DESCONOCIDA
Cuando regresábamos de Sicilia, una de las pocas cunas, que aún quedan en el mundo de la civilización de occidente, era unánime nuestro sentir,: había sido una vivencia, no para contarla, era para vivirla, terminábamos de realizar un viaje a través de la arqueología, el arte y la cultura de la isla más hermosa del Mediterráneo.
El primer día, admiramos “la magia gigante”, del “MONGIBELLO”, nombre de etimología latina y árabe que significa “Monte de los Montes”, naciendo del griego “Aitné”, colosal montaña aislada, situada a orillas del Mar Jónico entre Catania y Messina, lugar de mitos, fábulas y supersticiones de otros tiempos cuando la mitología imperaba y se decía que este Monte Etna, había sido habitado por gigantes y monstruos como Efesto, los ciclopes, Polifemo, Tifero, Encelado, pudiéndose decir, que toda esta metafísica alimentó la extraordinaria poesía de Homero, Esiodo, Pindaro, Platón, Virgilio, Horacio, Lucrecio, Séneca, Apuleio y que después de Empédocles, la superstición se mantuvo viva hasta el iluminado siglo XVII, cuando el Jesuita Giovanni Andrea Massa, en su libro “Sicilia in prospettiva”, examinó “si era verdad que el Monte Etna y otras montañas vomitaban fuego y eran los respiraderos o chimeneas por donde salían las llamas del infierno”. Lo cierto es, que nuestra subida al volcán activo con sus 3.343 metros de altitud es una de las cosas más majestuosas que podremos contar, por su grandioso significado naturalista y excepcional valor paisajista y ambiental, donde respiramos aquellas brisas indescriptibles.
Después en los días sucesivos continuamos nuestra gira por Catania, Capital que se extiende en el Golfo de su nombre a lo largo de la costa sículo jónica, en un sugestivo escenario paisajista donde el Etna contrasta fuertemente con el azul del cielo y el verde de los campos de naranjos, paseando por la plaza del Duomo, visitando la Universidad, la Catedral y contemplando los amplios testimonios del barroco del Siglo XVIII, para proseguir nuestro viaje a Siracusa, “la bella dórica”, donde vivimos irrepetibles experiencias, siendo recibidos en Villa Reimani, en nombre de su Síndaco, por el Director del Museo Arqueológico Regional “Paolo Orsi” Doctor Dario Scarfi’, personalidad que nos mostró las maravillas helenísticas y romanas que guarda tan impresionante museo arqueológico, para seguidamente acompañarnos , y en calidad de invitados recorrer esta Ciudad de origen griego que data del 734 antes de Cristo, comenzando por la Isla de Ortigia, para seguir hasta la Catedral situada en un marco barroco único, iglesia construida sobre el Templo de Minerva donde se exponen las reliquias de Santa Lucía, la Virgen y Mártir de Siracusa; Cantera-Cárcel del Paraíso, en cuyo interior está la llamada Oreja de Dionisio, Teatro Griego, Templo de Apolo y el monumental y moderno Santuario de la Virgen de las Lagrimas, lugar de peregrinación. También fuimos recibidos en el Palacio de la Provincia por el Vicepresidente de la Provincia Regional de Siracusa Doctor Nello Lentini, que se interesó de manera especial por el Aula de la Experiencia de la Universidad de Sevilla y la Ciudad de Sevilla.
Mereció la pena ir a Noto, “Perla del Barroco” y Patrimonio de la Humanidad, ciudad que nos fue mostrada por la Asesora Cultural de la Provincia Doctora Bárbara Fronteré por encargo del Presidente de la Región Montana, nuestro amigo y admirador de Estepa el Doctor Vincenso Bastante y nuestros amigos los Doctores Laura Arcieri y Vincenso Cavarra que nos acompañaron a Marzamemi, un antiguo burgo de pescadores medieval, donde en la “Taverna La Cialoma” tuvimos la oportunidad de degustar la magnifica cocina marinera siciliana, población en la que su Síndaco, nos recibió en una feria de productos alimentarios, donde así mismo nos ofrecieron su degustación.
Sería muy largo de seguir describiendo nuestras visitas y sus muchas maravillas contempladas, por lo que amigo lector o lectora, continuaremos el viaje a grandes rasgos para situarnos en Piazza Armerina, localidad situada en una de las laderas del Monte Ereos, en un escenario de importantes valores ambientales y junto a una de las villas romanas más bellas conocida, “La Villa Romana de Casale”, así como su catedral que la caracteriza como la primera aproximación visual de la ciudad; templo catedralicio que con su campanario gótico-catalán y su interior barroco con espléndidas pinturas bizantinas deleitan al visitante. La Villa romana de Casale es, sin duda alguna, el elemento de mayor importancia del territorio y mejor testimonio de moradas romanas edificadas en los siglos III y IV antes de Jesucristo, nos muestran los mosaicos , que embellecen los pavimentos y paredes de este vasto y extraordinario complejo. Seguimos hasta Agrigento, ciudad que surge sobre los declives de una meseta. Colonia griega desde el siglo VI antes de Cristo, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes conocido, el llamado “ Valle de los Templos”, del que Anatole France dice: “Esta tierra es una tierra de gloria. Su belleza es tan grande y majestuosa que ni siquiera siglos de dominio bárbaro consiguieron destruirla”, realmente “es una de las maravillas de Sicilia y del mundo”, allí está EL VALLE DE LOS TEMPLOS, importantísimo testimonio arquitectónico de la antigüedad esparcido en éste valle “único por su amplitud”, riquezas paisajistas, ambientales y monumentales que dan una cálida imagen mediterránea a esta Zona helenístico- romana, la huella de una antigua civilización urbana que se asentó aquí a partir del siglo IV-III antes de Jesucristo,...Casa de Afrodita, Casa del Peristilo, Templo de Júpiter Olimpo, Templo de Castor y Pólux, Templo de Hércules, Templo de la Concordia, Templo de Juno Lacinia, etc. etc.. Proseguimos a Selinonte y Erice, pueblo de gran interés turístico..., Segesta ciudad fundada por los elimos; Cefalú, encantador y bonito pueblo que se asoma a la costa tirrénica sobre un promontorio dominado por una cadena montañosa a cuyo pié vemos las viejas casas a orilla del mar, ciudad en la tuvimos la ocasión de participar en las Fiestas de la Transfiguración e izamiento del estandarte del Salvador en el mirador de la bellísima catedral, armonizado con el repique de campanas y las notas musicales de las bandas que frente a la Iglesia tocaban partituras religiosas que en nada difieren de las nuestras. Para acabar, sólo decir que Palermo al que hay que calificar como “excepcional”, con su Catedral, la Capilla Palatina, Monreal y todo su conjunto histórico es el arte en todos sus estilos y prueba de las diferentes civilizaciones que vivieron aquí, haciendo que con los territorios de las otras provincias podamos decir, “que mereció la pena visitar Sicilia.
Rafael Romero Jiménez
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