IN MEMORIAM DE MI QUERIDO PRIMO EL LITERATO ARGENTINO, ANTONIO ROMERO FRÁVEGA.
Pozos del Sur, aljibes de leyenda.
Oasis de las tardes estivales.
Viejos hierros labrados, cal y piedra
Romántico recuerdo en mis lugares.
Son sus frescas entrañas la promesa
Del descanso después del largo viaje.
Son el arco de triunfo del que llega
Con ansia del frescor de los parrales.
Pozos del Sur, aljibes de leyenda.
Oasis de las tardes estivales.
Viejos hierros labrados, cal y piedra
Romántico recuerdo en mis lugares.
Son sus frescas entrañas la promesa
Del descanso después del largo viaje.
Son el arco de triunfo del que llega
Con ansia del frescor de los parrales.
Guardan eco de cálidas endechas
Con que canta el paisano sus romances.
Y en sus fondos de cielo se reflejan
Las manos enlazadas sobre el balde.
Al verlos solitarios uno sueña
Con las glorias que vieron ellos antes.
A veces lo lustraron las polleras
En le raudo bordado de los valses.
Y a veces les contaron de sus penas
Los ecos de guitarras sollozantes.
Al comienzo de cada primavera,
Las glicinas besaban sus herrajes.
Las glicinas se fueron; solo quedan
Solitarios, señores del paisaje,
En las casas románticas y viejas
O en las chacras al Sur de mis lugares.
(Poema de ANTONIO ROMERO FRAVEGA
Con que canta el paisano sus romances.
Y en sus fondos de cielo se reflejan
Las manos enlazadas sobre el balde.
Al verlos solitarios uno sueña
Con las glorias que vieron ellos antes.
A veces lo lustraron las polleras
En le raudo bordado de los valses.
Y a veces les contaron de sus penas
Los ecos de guitarras sollozantes.
Al comienzo de cada primavera,
Las glicinas besaban sus herrajes.
Las glicinas se fueron; solo quedan
Solitarios, señores del paisaje,
En las casas románticas y viejas
O en las chacras al Sur de mis lugares.
(Poema de ANTONIO ROMERO FRAVEGA
No hay comentarios:
Publicar un comentario