PRESENCIA FRANCISCANA.
Fue loable la labor llevada a cabo por el
Ayuntamiento de Estepa al poner en
marcha y patrocinar jornadas encaminadas al estudio, recuperación y divulgación
del pasado. “ Cuatro siglos de presencia franciscana” aparte de ser una efeméride
importante para el Memorial Ostipense,
es motivo más que suficiente para escribir la historia de la Comunidad Franciscana y su relación
fraternal y espiritual con los
estepeños.
Es el reconocimiento de
nuestra Ciudad a sus Frailes, si bien hay que decir, que este
reconocimiento lo ha sido a largo de cuatrocientos años. En estas jornadas los
ponentes venidos de los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía, han
tratado de las Comunidades Franciscanas
de nuestra comunidad autonómica, por eso,
de que el Convento de Estepa, está en el corazón de Andalucía, pero no
han hablado lo suficiente del
Convento de Estepa, que es el que
cumple cuatrocientos años. En mi
niñez, oí de labios del Padre Alfonso, “Fray Alfonso Castelo Aranda”, natural
de Hinojosa del Duque y fraile tan ligado a nuestro pueblo, a la Hermandad del Calvario y alabado en sus poemas
por Don Francisco de P. Juárez Frutos , que en sus primeros años de
sacerdote, oficiaba misas de difuntos y
festivas en todos los pueblos de la Comarca, época
coincidente con los últimos días del bandolerismo en nuestra zona,
refiriendo que en cierta ocasión
regresando a pié de El Rubio camino de Estepa, pues no había medio de locomoción, se le vino al pensamiento
la posibilidad de que le salieran al paso los bandoleros y le quitaran las
pocas monedas de la limosna. En efecto, cuando ya había pasado por el Cortijo del Infierno, a
campo traviesa, oyó que se acercaban a galope, bajo una gran polvareda, una
cuadrilla de aproximadamente una veintena de jinetes a caballo, armados de carabinas,
creyó que sus pensamientos se habían hecho realidad, se encomendó al cielo,
quedando petrificado y confundido, introduciendo ambas manos en la bocamangas
del hábito, al estilo franciscano y agarrando fuertemente el dinero. Fue por
muy poco tiempo, al comprobar que el que
mandaba la cuadrilla daba la orden de ¡alto! y toda la facción paraba en
seco sus caballos. El jefe de la partida
y los demás, se quitaron los sombreros y
le saludaron con todo el respeto, exclamando a una sola voz: ¡a la Paz de Dios
Padre! contestando el fraile ¡la Paz sea con vosotros! al tiempo que los
bendecía, pudiendo comprobar que todos se santiguaron cuando hacía con la mano la señal de la cruz, después se cubrieron y continuaron a galope su
camino. Con lo que quiero decir que la presencia
franciscana, no sólo era en Estepa, sino en todos los pueblos de la Comarca.
Era tal la presencia que no puedo pasar por alto la Peregrinación al célebre
Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta y Guía de Corcoya que tuvo lugar los
días 7 y 8 de septiembre de 1.909 y a la que asistieron más de 4.000
peregrinos, y no puedo pasar por alto, porqué
fue organizada por la Comunidad Franciscana de Estepa, cuando era
Superior el Padre Pío de Mendata y Anitua y formaban parte de la Comunidad, los
Padres Franciscanos Misioneros establecidos en este Convento en 1.903, en la
que actuó un coro de cantores preparado por el Franciscano Organista Pedro
Quejo, formado por las voces más selectas de cada pueblo de la Comarca.
Peregrinación que motivó al Padre Fray
Feliciano Calvo Bartolomé a escribir su
manuscrito “Historia y Novena de Nuestra Señora de la Fuensanta y Guía” en la
que entre otras cosas de interés habla de la etimología de Corcoya, que según él pudiera derivar de coscoja, pues el lugar de
su ubicación estaba lleno en otros tiempos de carrascos, que los naturales les
llamaban coscojeñas y la bellota pequeña
y amarga que producían coscoja y de aquí
por corrupción vino a formarse Corcoya, refiriendo también que en 1.783 el
Vicario de Estepa que a la sazón era D. Domingo Antonio del Portillo elevó el
Santuario a Parroquia, siendo su primer Cura Párroco Don Juan de Lara y el
primer bautizado Juan José Chacón Ramona, hijo de Antonio y de María, lo que
viene a demostrar la inquietud y presencia de los frailes de Estepa también en
nuestro contorno contándose infinidad de anécdotas y hechos notables que en
futuras jornadas para la historia de Estepa debieran recogerse.
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